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ESPAÑA: MORATORIA EN TIEMPO DE CORONAVIRUS

Por Marcelo H. Echevarría (1)

Prestigiosos medios periodísticos informan que se encuentra en estudio una moratoria para atenuar los efectos de la pandemia por coronavirus que azota y con fuerza tanto a nuestros hermanos españoles como al mundo entero.

Esa moratoria, en lo sustancial, contemplaría un aplazamiento de cuotas a la Seguridad Social para autónomos y para las Pequeñas y Medianas Empresas.

A su vez, se establecería una moratoria hipotecaria para locales comerciales como, de igual manera, un aplazamiento de pagos de hipotecas de vivienda habitual destinado al segmento poblacional de mayor vulnerabilidad.

Además, se prevé medidas de apoyo para inquilinos.

La experiencia Argentina, ante las recurrentes crisis que padeció nuestro País, demostró que, para poder contener el impacto de aquellas, la única medida apta para tal cometido es la sanción de una amplísima moratoria impositiva y previsional.

Lo que sucedió en Argentina aplica como ejemplo para España, siendo ello la finalidad u objetivo de esta opinión.

Desde el año 2017 en adelante Argentina viene cayendo en un profundo declive económico, cuyas consecuencias aún son impredecibles.

Durante el año 2018 y 2019 se instrumentaron planes de pagos para deudores de la seguridad social e impositivos, pero sin quita de intereses o condonaciones de multas, lo cual era un antídoto para la enfermedad, pero lejos fue la cura de la misma.

La autoridad gubernamental no entendía que cuando el contribuyente no puede abonar una cuota, sea de impuestos, de hipotecas, etc. no es el autónomo, empresario o deudor hipotecario el que no quiere pagar.

El deudor quiere pagar, pero no puede afrontar esa obligación por imposibilidad material de así realizarlo.

Fue así que directivos de diversas empresas a las que asesoro, en el año 2019 me instruyeron enviar nota al Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación a fin de darle impulso a esa medida de alto impacto como lo era el dictado de una moratoria, lo cual era el salvavidas para miles de PyMEs.

Fracasamos en el intento, no hubo decisión política.

Consecuencia, cientos de empresas por día cerraron sus puertas, provocando un altísimo índice de desempleo y, por supuesto, un mayor empobrecimiento de la sociedad, lo cual elevó exponencialmente los índices de pobreza y marginalidad.

Actualmente, a instancias del Presidente Alberto Fernández, se sancionó una amplísima moratoria.

Pero, al momento de renacer la esperanza de miles de pequeños y medianos empresarios, emprendedores, comerciantes, industriales, etc. hoy nos encontramos en cuarentena a fin de darle batalla a un enemigo invisible, letal, invasivo e impredecible, tal lo es el coronavirus, con la incertidumbre de su capacidad de fuego, las bajas que ocasionará en el País, con una Argentina paralizada y, la mayoría, sin saber como abonarán los salarios de su nómina de empleados en el período marzo/abril.

Parafraseando al Presidente Fernández, de la economía salimos de alguna manera pero de los muertos no tenemos retorno, así que “quédate en casa”, lo cual obtiene la aprobación de la gran mayoría del Pueblo Argentino, toda vez que, esta medida tomada anticipadamente, seguramente preservó miles de vidas.

España saldrá de esta crisis económica el día después del coronavirus, pero lo cierto es que, para ello, conforme la experiencia Argentina, se deberían tomar medidas drásticas y de alto impacto, que oxigenen a los españoles y que les permita continuar con sus emprendimientos, comercios, industrias, etc.

Es allí cuando el Estado debe decir “Presente” y ser empático con la ciudadanía a fin de atender las necesidades básicas post pandemia y no los números de la macroeconomía.

Muchas opiniones dan cuenta que las autoridades gubernamentales españolas han manejado el tema coronavirus con ligereza, impericia, de una manera incorrecta minimizando la situación ante toda la ciudadanía española.

Sinceramente, entiendo que no me correspondería opinar acerca de ello.

Pero, en el hipotético caso de así haber ocurrido, de la mentira y del engaño no hay retorno cuando ello produjo la muerte de miles de ciudadanos.

Eso representa un estigma que, de por vida, llevarán los supuestos funcionarios negligentes tanto en sus conciencias como en su balance de la gestión pública, al no encontrarse a la altura de las circunstancias respecto a la implementación en tiempo de las medidas preventivas a fin de morigerar el impacto devastador de este ejército de micropartículas invisibles que hoy mantiene a España y al mundo en vilo.

Ante ello, tengan piedad de la víctima y sobreviviente.

Difieran pagos, promulguen amplísimas moratorias, oxigenen a los trabajadores y no especulen con los números de la macroeconomía.

Primero el ciudadano, luego los demás gastos.

Seguramente lo antedicho es una utopía, una ingenuidad, califiquenlo como mejor les parezca, pero me permito adelantar que Argentina en el año 2001 no tenía moneda oficial, sino pseudo monedas ( eran papeles fabricados por las Provincias y no por el Estado Nacional, los cuales circulaban como moneda- googleen “el patacón- entre otros-).

Hoy se habla de la factibilidad nuevamente de implementar las cuasi monedas.

A pesar de todo estos sinsabores, incertidumbres y crisis recurrentes hemos salido adelante, con altísimo costo social, pero estamos de pie. 

España y su hermosa gente merecen levantarse económicamente en el corto plazo.

Es la tierra de nuestros familiares.

Es nuestra tierra.

(1) Abogado (UBA)- Especialista en Derecho Penal (UB)- Autor e Investigador de Derecho Penal en Argentina y en España.